Antes
de escribir, prefería soñar, hoy mi
sueño es escribir,
Leo
todo lo que considero necesario, y sufro cuando mis ojos ya no pueden más,
Entonces
los cierro y aun miran, sin permiso de los párpados
Júbilo
inesperado hay en mi cuando me insertan al hombre amado
A
ese ladrón que me roba, día a día, mis pensamientos, mi corazón, mis versos…
Nada
puede impedirlo, ni la aguda miopía que los invade, aun menos mi voluntad,
Donde
sea preciso, sin tiempo, mis ojos sueñan, lo sueñan
Reposando
se hallan mis pupilas después de un arduo trabajo
A
veces sospecho que tienen vida propia, otras tantas que es obra de mi romántico
inconsciente
No hay comentarios:
Publicar un comentario