Hoy es de esos días en mi
vida en que todo se confabula para que sea feliz, y por lo tanto eso me insta a
pasármela muy bien, pero aun más a recordar y valorar lo que tengo a mi lado. Sentir
al hombre que quiero cerca de mí ¡resulta magnífico! y sobre todo darle
un beso. Sin embargo, la mayoría de la gente (me cuento) reparte besos pensando
que son necesarios para un saludo afable o para despedirte de mamá, o para
agradecerle a la abuela esa deliciosa comida, o para enviar con bien a tu hijo
a la escuela, etc.; y quizá no estén tan equivocados, el punto es que hay que
darle sentido a esos besos, si no sería como no haberlos dado. Entonces en mi incesante
búsqueda del conocimiento (zétesis) me pregunté: ¿Qué es un beso?
Desde mi perspectiva puede
ser…
“la prueba mas grande de
amor” , hoy, si así lo deseas, dale un
beso a tu madre, a tu padre, a tu hermano, a tu amigo, a tu abuela…
Pero, después supuse que hay
de besos a besos, puesto que el beso de tu madre lleva inmerso el cariño mas
sincero del mundo, el de tu hermano un espíritu de “tu puedes”, el de tu amigo
un “te extrañe” etc. Pero teniendo a mi confidente y compañero de tertulia a mi
costado, después de besarlo, me permití describir la emoción y sobre todo la siguiente
pregunta:
¿Qué es un beso de
enamorados?
La fusión prefecta de dos cuerpos
que se atraen como campos magnéticos… y que cuando se unen… el tiempo deja de
ser tiempo.
No existen más que ellos,
perfumando sus adentros con la fragancia del amor, refrescando su aliento con
las gotas de la pasión.
Se miran fijamente aun con
los ojos cerrados, pues es mejor así, ya que el amor no se ve, se siente…
Se toman de las manos, llegando
al cuello y de ahí a la gloria… nunca se sueltan… siempre se complementan…
Sus labios se empapan de
miel, su pecho se invade de felicidad y su estomago alberga cientos de
mariposas…todo es parte de todo, los dos son parte de cada uno, los dos, se
convierten en uno…aun separándose, siguen siendo un mismo cuerpo…
No puede haber sensación más
deliciosa que la de un beso…se dijo Alejandra y siguió pensando…
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